cable a tierra

jueves, abril 19, 2007

Mis ojos...

Ay si pudieran verte a través de mis ojos,
Te verían cabalgando mil batallas,
Lleno de motivos, emanando esperanzas.
Si te vieran con mis ojos,
Estarías siempre ganando, sonriendo,
Y hasta cantando,
Te verían muy contento, te verían soñando.
Si te vieran con mis ojos,
No te verían nunca fallando,
Te verían construyendo, te verían dialogando.
Si pudieran verte con mis ojos,
No te verían evadiendo,
Te verían buscando caminos,
Observando, pensando.
Si cualquiera te viese con mis ojos,
Les sería imposible verte indolente…
Te verían siempre sensibilizado con los problemas de la gente.
Te verían creyendo, te verían luchando,
te verían, guerrillero, sin duda, triunfando…
Pero mis ojos se han cerrado, como cuando acaban las mañanas,
Y te he visto temblando,
te he visto como una hoja que no lleva escrito nada…
Fue entonces que comprendí que no había ninguna mística,
No había secreto, no había ninguna magia,
Hoy te veo con los ojos de mi cuerpo,
Antes te miraba con los ojos de mi alma.

martes, abril 17, 2007

Erase una vez...

Erase una vez un guerrillero
Al que yo ví pasar.
Era un luchador de voz y carácter fuerte,
Era un agitador de las masas,
Un irreverente de la vida.

El guerrillero nunca guardó silencio,
Su corazón latía por el oprimido
Y su causa, no era propia,
Era de todos aquellos que querían sumarse al sueño.

Su sueño era la libertad,
su anhelo era la justicia,
su alegría estaba en el pueblo,
y sus penas las llevaba por dentro.

Y erase también en la vida del guerrillero
Que en el fondo de este cuento,
su guerrilla fue buscar la paz,
su lucha, buscar justicia
Y su causa, los desvalidos.

Erase una vez,
que viajaba solo en su caballo,
con muchos sueños, y pocos amigos.

Erase una vez, dichosa me siento
De haber cruzado por ese camino,
De haber comprendido su lucha,
De hacer propios también esos sueños,
De haber dado de beber a su caballo,
De que el guerrillero sea mi amigo.

domingo, abril 15, 2007

El hombre de mis sueños

El hombre de mis sueños
Tiene en la mirada
Un brillo que me envuelve
Y seduce mi existir.
El hombre de mis sueños
No necesita saber de arte
Para hacer viajar mi alma
En la más profunda e intensa de las obras.
El está lleno de virtudes y lleno de defectos,
Pero es exactamente como soñé,
que sería el hombre de mis sueños.
Si tuviese más virtudes
lo llamaría el hombre de los cuentos.
Si tuviese más defectos sería para mí
Como lo es un hombre sin aliento,
Pero así es perfecto, tal como lo soñé,
Con esas virtudes, y esos defectos.
El hombre de mis sueños
No necesitaba palabras,
Podía llenar todos mis espacios
Con una sola de sus miradas.
Hacía que mi alma volara
Cuando lo escuchaba hablar de los ideales
Que también eran parte de los míos.
El hombre de mis sueños
Era capaz de estremecerme
Tanto en el alma como en el cuerpo
Sin dar ningún paso, incluso desde su silencio.
El hombre de mis sueños es de carne y hueso,
Tal vez por eso, tiene otros anhelos,
No vibra con mis palabras,
Ni se estremece con mi cuerpo.
Mi alma se desangra lentamente
Al darme cuenta que yo,
Nunca he sido la mujer de sus sueños.

viernes, abril 13, 2007

añoranzas...

Quise regalarte estas palabras,
antes que el destino te borre por completo de mi historia.
Saber que existías llenó mis momentos de alegrías,
aún el sólo hecho de saber que estabas, que tenías vida.
Piensa en esto, si algún día pierdes el motivo,
Si crees no ser valioso,
Si crees no importarle a nadie.
Piensa que un día llenaste la historia de mi vida.
Que tus ojos profundos,
que escondían mil misterios
fueron mi motivo y mi seducción.
Que tu voz grave, tu forma indomable,
y la energía de tus ideales
me produjeron hacia ti, la más grande admiración.
Y quedarán por siempre en mi recuerdo
Como la historia más fantástica de mi vida,
La más entretenida, la más inspiradora.
Sé que llegarás lejos,
Y el mundo entero podrá ver, lo que yo he visto en ti
Y si un día me preguntan los pequeños
Acerca del relato de algún cuento
Les contaré la historia del héroe
que supo salvar mis sueños
Que sin decir una palabra
Supo grabar su esencia,
En lo más hondo de mi alma.